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AMANDA HERNANDEZ, DE CONSULTA PSICOLOGICA, HABLA SOBRE LOS SECRETOS DE SU PROFESIÓN

Interview
- Para aquel que todavía no te conoce, describe por favor cómo es tu negocio o servicio.
- Atención Psicológica Para niños Para adolescentes y adultos Terapia de pareja Emisión de certificados de salud mental En ciertas etapas de la vida, nos encontramos en la situación que no sabemos resolver ciertos problemas y las emociones están más allá de lo que podamos soportar. Nuestros seres queridos nos aconsejan ir al psicólogo, pero muchos lo desestiman. Esto se debe a que las personas consideran que ir al psicólogo o hacer terapia es “sólo para los locos” No existen normas en relación a cuándo acudir al psicólogo, todo depende de cada uno. Tampoco que sea “obligatorio” hacerlo. La razón principal por la que una persona va a terapia, básicamente, es porque no se encuentra a gusto consigo misma, ya sea en lo emocional o en lo físico. Pedir es tan necesario como dar. No confundamos la autonomía a la hora de gestionar nuestras vidas con la negativa a solicitar la ayuda de otras personas para conducir esas acciones a buen puerto. El psicólogo no es un brujo que cura los males de nuestra psique, sino simplemente un experto en salud mental que actúa como asesor y acompañante y que intentará ayudarnos a que consigamos (siempre por nosotros mismos y desde nosotros mismos) las deseadas seguridad y estabilidad, propiciando un mejor discernimiento en la búsqueda de soluciones y potenciando nuestra autoestima.
- ¿Cuál es tu historia personal? ¿Cómo llegaste a ser propietario o encargado de un negocio?
- Soy Psicóloga Clínica, Creo firmemente en la importancia que tiene la salud mental en la vida diaria de cada individuo y para la sociedad.
- ¿Qué es lo que más demandan tus clientes actualmente?
- Actualmente tiene gran frecuencia las crisis en las parejas, igualmente el mal comportamiento de los niños en la escuela y en el hogar.
- ¿Cuál es tu consejo para sobrevivir a la crisis?
- Evidentemente hay que distinguir entre las personas que están sufriendo la crisis más directamente y quienes no están tan directamente afectados pero reciben continuamente mensajes negativos y conocen casos de personas, a veces muy cercanas, que sí se han visto afectadas. Aunque obviamente ambas situaciones son muy distintas, lo que diré a continuación es válido para todos. Frente a un bombardeo continuo de ideas negativas o pesimistas, o ante situaciones difíciles y acontecimientos duros, nuestro inconsciente tiende a alarmarse. Comienzan a surgir en él los miedos y las inseguridades, emociones provenientes de pensamientos catastrofistas del tipo: esto es un desastre, no hay solución, nunca podré salir de ésta, vamos de mal en peor, esto no tiene arreglo, tarde o temprano me va a tocar a mí, etc. Estos pensamientos, sea cual sea mi situación real, me van a generar estrés y malestar psicológico, si no me arrastran directamente a la depresión.Todo lo anterior supone un sufrimiento psicológico añadido al que ya me puede estar generando mi situación concreta. A veces, más que los problemas reales lo que hace sufrir es el miedo a lo que pueda suceder, a las consecuencias de una situación. Pero ¿si luego no sucede nada de lo que temo?, ¿si la situación se resuelve mejor de lo que esperaba? Pues habré sufrido inútilmente. Como decía el escritor y humanista francés Michel de Montaigne, «el que teme padecer, padece ya lo que teme». Pero ¿y si realmente mis miedos se cumplen? Pues en ese caso lo mejor sería dejar el sufrimiento para cuando llegue y ahorrárselo en el periodo previo, pues el sufrimiento previo no sólo no soluciona nada sino que incluso puede hacer que la situación empeore. Los psicólogos solemos decir que las previsiones negativas de nuestro inconsciente tienden a autor realizarse. En otras palabras: si yo pienso que algo me va a ir mal, me pondré nervioso y eso puede hacer que me salga mal; o sea, que el miedo a cometer un error puede hacerme cometerlo. Cuando la situación es ya realmente mala, el miedo, el pesimismo sólo conseguirán que empeore. El político francés del siglo XVIII Françoise Guissot solía decir: «Los pesimistas son sólo espectadores y los optimistas quienes cambiamos el mundo». Efectivamente, una persona pesimista hace una interpretación catastrofista de los problemas (no hay nada que hacer, por tanto para qué esforzarse), mientras que el optimista piensa que siempre hay una salida, por lo que pone todo su empeño en solucionar el problema y lo intenta de todas las formas posibles, por lo cual es muy probable que dé con la solución. Todo esto sin contar con que el pesimista sufre más, pues la desesperanza es fuente de tristeza y de depresión, mientras que la esperanza trae alegría, serenidad y deseo de superación. Se sabe que existe una gran correlación entre optimismo y felicidad, como también se sabe que el optimismo es mucho mejor predictor del éxito que el cociente intelectual, la preparación técnica o el nivel de estudios. Concluyendo, podríamos decir que el optimismo puede resolver muchas situaciones tanto a nivel personal como social. El optimismo nos hace más alegres, más felices y mucho más capaces de soportar las adversidades serenamente.
- ¿Cuáles son las marcas que más vendes en tu negocio (o utilizas para prestar tus servicios) y por qué?
- Las naturales, deportistas y recreativas.
- ¿Qué es lo último que has hecho para diferenciarte de tu competencia?
- Ademas de buena publicidad, una buena atención, que mis pacientes estén mejor son mi mejor referencia.
- ¿Siempre te dedicaste a tu actividad actual? ¿Has desarrollado alguna otra actividad con otros rubros?
- Si, Ademas, Realizo selección de personal en empresas o instituciones publicas, A su vez, dicto talleres de crecimiento personal y profesional.
- ¿Qué tipo de clientes tienes?
- Desde chiquillos de 3 años en adelante.